Por Ximena Messinese
En el corazón de Almagro, en un galpón enorme ubicado en Gascón 104, Laila Caminos enseña lo que más le gusta hacer: Tela. Una disciplina que se originó en los circos y que en la actualidad se practica cada día más por hombres y mujeres que desarrollan su acrobacia a varios metros de altura.
El arte y la contorsión aparecen como por arte de magia cuando Laila sube a la tela y les trasmite a sus alumnos lo que alguna vez le enseñaron a ella. Las clases son los lunes, jueves y viernes, aunque no es necesario ir todos los días.
Ella cuenta lo que significa la tela en su vida y los pasos que dio desde que comenzó.